Rodeada de amor, como asegura que estuvo toda su vida, Evangelista Luisa López festejó la vida junto a hijos, nietos y bisnietos. Según señaló, el secreto de la longevidad está en "ser feliz".
Si bien había muchos padres presentes, este domingo en la casa de los Cantarino sólo hubo una homenajeada: Evangelista Luisa López, o como le dicen sus seres queridos, Angelita. En su 110° festejo de cumpleaños, la mujer agradeció poder celebrarlo junto a toda su familia. “Estoy muy contenta, estar con todos me pone re feliz”, aseguró ante una mesa repleta.
Si bien su cumpleaños es el miércoles 21, día en el que el intendente Carlos Arroyo la visitará para compartir un té en su homenaje, la familia decidió adelantar el festejo para poder compartir una comida en familia.
Elegir vivir en “La Feliz”
Oriunda de Santa Fe, Angelita vino a Mar del Plata hace seis años, cuando sus hijos, Sara y Mario, le aseguraron que vivir juntos en “La feliz” era la mejor alternativa.
Madre de cinco hijos, la mujer ya cuenta con once nietos, dieciséis bisnietos, cuatro tataranietos y dos en camino. “Es nuestro tesoro”, indicó a LA CAPITAL una de las nietas, Andrea.
Visiblemente emocionada, Angelita aseguró que lo importante siempre es “tener salud y amor”. En este sentido aseguró que el secreto de su longevidad está en “ser feliz”.
“Siempre rodeada de toda esta gente”, aseguró mientras hacía un paneo de la extensa mesa ubicada delante de ella donde varios familiares habían viajado desde Rosario, Santa Fe, para celebrar junto a ella.
Una vida de anécdotas
Los Cantarino cumplen con todas las premisas de una familia italiana: son muchos y muy unidos. Esta condición se mantiene inalterable desde los inicios de la familia, razón por la cual nunca faltan los momentos para recordar las históricas anécdotas del clan familiar.
Entre los primos siempre recuerdan una: el día en el que “La Nona” ofició de cómplice cuando los nietos decidieron “robar” el auto del abuelo, cuando éste no estaba.
“Un día estábamos saliendo a escondidas, en el horario de la siesta, y la Nona salió de la habitación y contra todo lo que esperábamos nos dijo: ¿le pusieron nafta?”, contó Juan Umberto, quien con 68 años es el mayor de los nietos.
“La abuela siempre nos enseñó todo lo importante de la vida. La importancia de la familia, de mantener los valores, de ser honestos”, aseguró, mientras la bisnieta adolescente, Nahiara, agregaba a viva voz: “La nonita siempre nos da mucho amor, es nuestro ejemplo”.
Angelita no deja de sonreír al mirar a su alrededor, asegura que está como siempre quiso y siempre estuvo: rodeada de amor y llena de entusiasmo. Esa personalidad alegre es una de las cosas que más destaca la familia de ella.
“Hasta el día de hoy elige salir a caminar. Cuando hay que comprar regalos va junto a Sara a San Juan y disfruta pasear. Además, para mi cumpleaños, el 4 de agosto, siempre me prepara empanadas, mis preferidas”, señaló Juan que, pese al tiempo, sigue siendo el nieto que disfruta de los “mimos de la nona”.